Es un hecho que el mercado está cambiando, pero hacer previsiones sobre el futuro resulta arriesgado a pesar de tener algunas ideas sobre ello e incluso, algunas certezas sobre qué vamos a afrontar en los próximos años. Son muchos los posibles escenarios para los amantes de la futurología, entre los que se encuentran desde los que creen que nada va a cambiar de forma significativa hasta los que confían en que vamos a asistir a cambios drásticos en la mediación inmobiliaria.
A día de hoy, y con la popularidad de las “proptech” – empresas que utilizan la tecnología para hacer que las transacciones inmobiliarias sean más simples y eficientes–, hay quien considera que es inevitable la desintermediación inmobiliaria, pero no es tan sencillo.
De cara al futuro tenemos tres pilares estructurales que van a suponer cambios significativos:
Primero está la búsqueda y promoción de la venta del inmueble. Este hecho es el primero que ha cambiado, pero continuará influenciado por los hábitos de consumo y por la evolución de la tecnología. Realidad virtual, decoración virtual, fotos en tres dimensiones, redes sociales, tecnología móvil, videos, aplicaciones de mensajería instantánea, drones… Estas tecnologías y su evolución están adaptándose a la forma en la que un cliente busca inmuebles online. Ya no basta con publicar los inmuebles en plataformas digitales, hoy debemos adaptarnos a las nuevas tecnologías e invertir más y de forma más inteligente en el plan de marketing del propio inmueble.
Como segundo pilar destacaría cómo la transacción y cierre de la operación empieza a ser una realidad. La automatización de los procesos de transacción con los avances de la tecnología blockchain facilita las transacciones online seguras con el uso de firmas digitales, permitiendo al receptor de un mensaje firmado digitalmente identificar a la entidad que ha originado dicho mensaje y, además, recibir información sobre dónde poder solicitar y recibir aprobación de una hipoteca a través del móvil sin necesidad de hablar o acceder a un banco. Todo esto transformará el proceso de transacción inmobiliaria creando una mejor experiencia para el consumidor a través de un proceso más rápido y transparente. Las nuevas tecnologías deberán ser utilizadas por los agentes inmobiliarios con el fin de aportar un valor añadido a sus clientes y ganar eficiencia en el proceso.
Por último, nos encontramos con el papel del asesor inmobiliario. Su rol en el proceso tiene que evolucionar, o mejor dicho revolucionarse porque la tecnología va a cambiar de forma radical el mercado y nuestras vidas con un objetivo claro: simplificarla. En esta nueva realidad el factor humano será nuestra ventaja competitiva. El consumidor y el mercado han cambiado, el asesor inmobiliario que se limita a enseñar pisos y a publicar pisos en portales inmobiliarios no tiene cabida en el mercado actual. El cliente es cada día más exigente y hay tecnología que sustituye a este tipo de agente inmobiliario. A día de hoy, el cliente espera ser asesorado e informado en todo el momento. Si hay relación todo es posible. Este es el tono, es decir, la orientación hacia el cliente con la tecnología como potenciador de la comunicación con el cliente y el mercado.
Los últimos datos publicados por la NAR confirman este análisis. El número de propietarios que trabajan con un agente inmobiliario está en máximos históricos. El cliente valora a aquel asesor inmobiliario que le aporte un valor real. El asesor inmobiliario profesional que invierte en su carrera profesional para estar actualizado, así como en un plan de marketing de inmueble asertivo, que construya y se nutra de relaciones fuertes con su círculo de influencia personal y la comunidad local, será siempre valorado y hasta crítico en la cadena de valor del sector inmobiliario. Los consumidores confían siempre en las relaciones personales y las recomendaciones para seleccionar a su asesor inmobiliario. De hecho, los estudios también demuestran que el consumidor está cómodo con la comisión que paga a aquel asesor de confianza que le aporte valor.
Los avances en la tecnología inmobiliaria mejorarán la capacidad de los agentes para educar a los clientes a interpretar y contar historias con datos. Con herramientas sofisticadas, los agentes inmobiliarios probablemente podrán desarrollar sus funciones de forma más eficiente y ser más valoradas por el consumidor en comparación con las inmobiliarias digitales.
Las soluciones tecnológicas que mejoran el talento y el factor humano son una forma más adecuada para crear valor en comparación con los intentos de eliminar al ser humano por completo. En el sector inmobiliario y en otros mercados, la tecnología continuará complementando al asesor inmobiliario y brindará a los consumidores experiencias más ricas y significativas.
La verdad, y citando a Peter Drucker, es que «la única cosa que sabemos sobre el futuro es que será distinto. La mejor forma de predecir el futuro es creándolo». En el futuro vamos a continuar contando con un asesor inmobiliario, un profesional que nos asesore en ese momento tan importante de nuestras vidas como es del comprar y vender una casa.
Ricardo Sousa, CEO CENTURY 21 España | Portugal
in Revista Inmobiliarios
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